Buenas,ojalá hayáis entrado con buen pie en el nuevo año.Vuelvo a estar debajo de la mesa,y lo cierto es que un poco perezoso con respecto a la escritura,hace más de un mes que no visito el blog y hay que ponerse al día.
Ni uno ,ni dos, ni tres:doce.Doce sobres están en estos momentos dormitando bajo una docena de mesas,aunque tengo la seguridad que un tercio de ellos ha cambiado de sitio.
Ayer mismo volví a desayunar en el bar Virginia,en la calle Rufino Blanco,frente a los bomberos.
Me senté en mi mesa habitual,pedí mi desayuno habitual (café con leche en vaso largo de café y barrita de pan con aceite y tomate) y como el perro de Paulov volví a palpar debajo de mi mesa y mis dedos sólo tocaron madera.
Donde no he vuelto es a otro sitio,en la calle Conde de Romanones,que descubrí por casualidad.Se accede tras un viejo portal,abierto de par en par,con tiendas al fondo,en un patio recoleto y silencioso.El bar se llama El patio,y escondí mi acuarela en la mesa de la derecha tras la entrada.
Mañana a lo mejor me paso,tengo un recuerdo delicioso del lugar.
Cambiemos de escenario y subamos a Vitoria,en la calle Badaya está el Hihuka (o Hiuka?).
Con decoración de taberna irlandesa y dos teles ruidosas,pero eso sí,con una barra repleta de suculentos pintxos.Si entras por la puerta izquierda,sientate en la mesa bajo la tele y con vistas a la calle.Y ya sabes...indisimuladamente que tus deditos busquen el sobre.
¿Seguirá allí? Lo pegué después de nochebuena.
Al día siguiente entré en el Bus Bar,justo enfrente de la estación de autobuses,pasé por la puerta de la esquina y escogí una mesita redonda frente a la barra, pegada a los cristales.
La camarera era una de las novias de Corto Maltés,saqué mi cuaderno pero no hubo forma de apresar ese rostro africano.Me consolé dibujando figuras con bolsos de viaje en el suelo.Ya quisiera uno tener la mano de Hugo Pratt.
Siguiendo al temporal lluvioso llegamos hasta Belalcázar,mis últimos 5 sobres viajaban en mi mochila.Pero esto ya lo contaré otro día,que me caigo de sueño.
Buenas noches,debajo de la mesa
lunes, 11 de enero de 2010
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Hola calabaza,nadie te escribe comentarios ja, ja, ja
ResponderEliminarYo, sé quien tiene uno de los de Vitoria, y por cierto, se llama Oiuka. MELON
ResponderEliminarhola guapo
ResponderEliminaresto es otro intento
ResponderEliminarHOLA SOI MICAELA TU SOBRI
ResponderEliminarmicaela he enkontrado tu sobre. az mas dibujos i eskondelos en vitoria.
ResponderEliminarbesos para la pekeña cloe
Pasaron las Navidades, llegaron las grandes nevadas de este invierno, también se marcharon, y nos encontramos en el domingo 17 de enero.
ResponderEliminarEse día, Micaela estaba contenta así que decidimos contarle que su tío Damián había escondido algunos dibujos debajo de las mesas de varios bares y nos había dado pistas para encontrarlos.
Su cara se iluminó con sorpresa y aunque preguntó porque ella no tenía esas pistas que podían solucionarle la búsqueda..... enseguida nos animó a que fueramos a "investigar".
!Gran dilema al entrar en el bar ohiuka! ¿podría encontrar Micaela el tesoro tan ansiado después de tanto tiempo?
Con la emoción que transmiten los niños, ni corta ni perezosa nuestra Micaela fué mirando una por una debajo de todas las mesas que quedaban a la izquierda del bar. Pero..no había nada..........Uf ...su cara mostraba aún la esperanza de poder encontrar algo. Le señalamos que le quedaban tres mesas más a nuestra izquierda.
Ese domingo el bar estaba especialmente lleno y nosotros en la mitad testigos de la búsqueda.
De repente, chillidos y grandes aspavientos con los brazos. Micaela nos llamó y los tres miramos en una de las mesas y.. tachannnnnnnnn ahí estaba nuestro descubrimiento. Había dos señoras en animada charla a las que rogamos que nos dejasen arrancar el sobre (explicándoles que era un juego de niños) je je. Y salimos del bar felices. Micaela abrió el sobre en el que apareció una de las maravillosas acuarelas con las que siempre nos ha deleitado Damián. Fué un momento divertido para recordar y sonreir.
Gracias Damián
Ni rastro Damián, miramos debajo de todas las mesas, nada. El café, muy bonito.
ResponderEliminarElena