El otro día tuve una mañana muy literaria.Mi amigo Gulliver me tenía en su librería tres libros ilustrados por Vallotton que estaban esperándome.Los dibujos eran magníficos y el mejor librero de Madrid,me los prestaba para echarles un vistazo.
Pensé ,"qué mejor sitio para saborearlos que en La Fugitiva".Con éste misterioso nombre han abierto una librería-café que es una delicia,está en la calle Santa Isabel.Cuando entré había poca gente,curioseé unos cuantos libros y me senté en la primera mesa a la izquierda,con vistas al mercado de Antón Martín. Lo siguiente fueron pequeños placeres,el disfrute de los dibujos a tinta,un jazz suave que estaba en el aire y un acompasar lento de curiosos lectores que poco a poco iban llenando el local.
Antes de irme saqué un sobre y disimuladamente lo pegué.
(Esta noche he vuelto a La Fugitiva,se presentaba un libro de Miluca Sanz a cargo del gran Marchamalo,el sobre ya no estaba allí)